8

OverviewTranscribeVersionsHelp

Facsimile

Transcription

Status: Needs Review

tuó en el Desaguadero en diciembre del año
pasado, y tuve el sentimiento de descubrir en
ella una obstinación decidida por dictarnos la
ley, sin respeto á nuestra soberanía. (9) Estas

temente ha sufrido el coronel Escudero que hemos
dejado documentado en nuestro número 8.o—el
espionaje introducido en nuestro territorio con el
presbítero Velasco, y la célebre doña Ursula
Goyzueta—las cartas de seducción que en todos
los correos se han dirijido de diferentes puntos
de Bolivia á nuestras ciudadanos y fieles mili¬
tares—las rastreras intrigas del legado bolivia¬
no—la prisión del señor Almonte, invitado por
aquel á que lo siguiese á la Paz, donde ofre¬
cia pagarle 65 onzas de oro que le tomó pres¬
tadas en Puno, cuyo pago fue hacerlo aprisio¬
nar inmediatamente que llegó: tales son las for¬
mas del comedimiento que ha adoptado San¬
ta-Cruz para ajustar la paz. Estas mismas [y
aun no tan espresivas y delicadas] son las for¬
mas del comedimiento que usan los jefes de las
hordas de los tártaros-los de las cazerias de ne¬
gros en Guinéa-los pehuenches en sus malocas—
los capitanes de vandoleros, en una palabra.

Por otra parte: ¿qué paz podrá querer ajus¬
tar Santa-Cruz, cuando la realización de sus
planes notoriamente públicos, y de que se le ha
convencido, no estriba ni puede tener efecto que
ó en una traidora defección, ó en la fuerza de
esos cuatro mil hombres con la que quijotesca
y torpemente se cree capaz de situarse encima
del mayor volcan? ¿Sin uno ú otro como le se¬
rá posible ver las seductoras márjenes del Apu¬
rimac ó el Pampas, y fijar en ellas desde Tu¬
piza los apetecidos límites de su Macedonia?
En paz ¿cómo logrará su proyectada y propues¬
ta fusión jeneral?

[9] ,,Marchó al Desaguadero (Santa-Cruz)
ménos con el objeto de satisfacer al gobierno del
Perú por sus desaciertos anteriores, que con el
de darse importancia, y manifestar por su es¬
terior y séquito lo que conoce no vale por si
mismo. Regresó á la Paz, y para llevar á efec¬
to sus descabellados planes, persuadió al públi¬
co que se le habían hecho proposiciones humi¬
llantes al carácter nacional, y que degradaban
su dignidad: que el Perú quería colonizar á Bo¬
livia, con otras mil imposturas, ocultando al
mismo tiempo los ventajas reales que se le pro¬
pusieron para compensar con usura cuanto se
le pedia" &c. He aquí como se esplica un jui¬
cioso y distinguido militar boliviano, hablando
de la entrevista del Desaguadero, en carta que
se publicó en aquella época, y es cuanto pue¬
de decirse á este respecto. Sin embargo, noso¬
tros al recordar las demostraciones de amistad,
de satisfacción y gozo que entonces manifestó
el jeneral Santa-Cruz, consideramos la violen¬
cia que se haría en ello abrigando interiormen¬
te no el sentimiento que indica, sino el que le oca¬
sionaria la presencia del noble jefe presidente
de una nación, que ha sido y es el blanco de
sus conatos, y el objeto de sus desvelos y ma¬
quinaciones: objeto á que ha sacrificado hasta
su propio decoro, su opinión misma, por el cual
ha violado los derechos más santos, y come¬
tido un cúmulo de barbaras tropelías y de ab¬
surdos los más ridículos é indecentes. La ra¬

mismas ideas se reconocieron antes en un mi¬
nistro que nos fué enviado, más para tendernos
redes, que para negociar de buena fé. (10)

[Se continuará.]

LO QUE TODOS QUIEREN.

Todos, todos quieren sociedad: lo que
no quieren es que dispongan de ella los otros.
Todos quieren leyes; pero cada uno las quiere
á su gusto, y conforme á su negocio. Todos
quieren tribunales; pero para oprimir á los de¬
más: todos quieren destinos; pero es para ob¬
tenerlos: todos quieren derechos; pero es para
que solo se defiendan y conservar los suyos:
todos quieren soberania; pero es para ellos re¬
presentarla. Todos quieren fuerza ajena; pero
es para que sostenga sus gozes, y sus convenien¬
cias antisociales: todos quieren ejércitos; pero
es para que sostenga sus gozes, y sus convenien¬
cias antisociales: todos quieren ejércitos; pero
es para que les dispensen de la obligación de
derramar por la patria su sangre: todos quie¬
ren relijión, principios, política, tribunales y
ciencias; pero es para que hayan esos medios de
conseguir ó esplicar su propio negocio.

biosa envidia y el furor que lo dovorarían mi¬
rando al astro que en mejor carrera le había
opacado y hecho perder de vista para siempre
su estrella que ya divisaba tan brillante como
el sol, le harían á Santa-Cruz, ir á vomitar á
Bolivia las calumnias que ahora repite á la
Asamblea nacional. En efecto: ¿qué honra ó pro¬
vecho resultaría el jeneral Gamarra de dictar la
ley al rincon de Bolivia? y el que siendo nada
más que prefecto de un departamento no lo in¬
tentó siquiera cuando pudo hacerlo, viendose en
aquella república con un ejército poderoso y res¬
petable ¿lo pretenderá ahora que ocupa el pues¬
to más eminente y alagüeño de toda la América?

[10] El buen comportamiento de ese ministro
está confesado por el de Bolivia cuando en nota
dirijida á nuestro ministerio, dijo con respecto al
señor Alvarez: ,,desgraciadamente los falzos
informes de un ministro de discordia que sien¬
do americano debió negociar la armonia, han
paralizado la amistad sólida á que son llama¬
das ambas naciones. "Semejantes espresiones en
boca de un espía, de un trápala impudente son
un verdadero elójio.

AVISO.

Los ciudadanos que deseen dar pu¬
blicidad á algunos proyectos de ley, antes
de su admisión en las cámaras, podrán remi¬
tirlos rotulados á los editores del Observador en
la imprenta del sr. Concha, que se insertarán
gratuitamente.

IMP. REP. DE CONCHA.

Notes and Questions

Nobody has written a note for this page yet

Please sign in to write a note for this page