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Pasamos á la Casa de Maternidad. Es! a útilísima
teórica y práctica de obstetricia y esceleute

hospicio al mismo tiempo

para las mugeres cpie no
las comodidades y atenciones
que e aje la operación difícil de los partos, es sin duda
uno de los
deparmentos mas dignos de consideración en
el Hospital de Santa Ana. Sentimos no poder extendernos
en
algunos pormenores por falta de tiempo; mas no de¬
jaremos de decir que á tal punto llega la esquisita lim¬
pieza de los aposentos, camas &a.,1a solicitud con que
se cuida á las
parturientas en los diez dias que pasan en
la Casa, y los alimentos y regalo de que disfrutan,
que
no solo
mugeres pobres, sino otras de clase mas acomo¬
dada, suelen preferir la Casa de Maternidad, a la propia
para el trance peligroso é indispensable del sexo.
En la actualidad hay diez jóvenes alumnas de obs¬
tetricia dirijidas por las dos señoras, Rectora y vicerecntan

en su casa

religiosas en este periódico. Nunca pudimos para elevarlo á la primera majistratura del estado, como porque
de ninguna manera nos
prestaríamos á someter nuestra volunsospechar que la mera inserción de producciones extran¬
I tad y nuestros destinos á merced de los Sres. Galvez y Sevilla, en
jeras, reproducidas por la prensa de una república lin¬ quienes no reconocemos el derecho ni la misión de
éíejir á su ardante, y elejidas y expuestas por nosotros á la lectura del bilrio al nuevo jefe de la
República.
público del Perú, sin mas que por dar á conocer lo que j
Con este motivo, y juzgando de todo punto inconducente el
dar respuesta á la circular
en otros países se piensa ó se hace en tal ó eual cosa,
que nos ocupa, me apresuro á parti¬
hubiera podido dar lugar á semejante duda; mas aun, cipar a UU. el juicio que acerca de ella liemos formado.
Dígnense UU., Sres. Secretarios, aceptar la distinguida con¬
lo creeríamos ni remotamente ahora mismo á no me¬ I
sideración con que me suscribo de UU.
muy atento servidor Q.
c
recernos mucho respeto la persona que se ha acercado
M. B.—José Morales.
á nosotros para ocuparnos de este asun o.

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Muertes.

Salidas.

Entradas.

con

tora, y por el digno director Dr. 1). Francisco Faustos,

profesor del Colejio pero la institución admite
doce alumnas internas y dos externas.
El dormitorio
de estas jóvenes, que en pulcritud,muebiage &a. es dig¬
no de lo demás del
departamento,tiene comunicación con
la sala de las parturientas á fin de acudir en cualquiera
eventualidad; y el Salon de Estudios en cuyo frente se vé
que es

El Filántropo de
Áyacucho, ocupándose en su primer
Según la marcha que desde nuestro primer número
hemos seguido y que constantemente repetimos que ha¬ número de la necesidad de convocar un
Congreso ext raor¬
bremos de seguir, estamos seguros de que con respecto dinario, solicita del Rimac
y de otros órganos de la pren¬
á cuestiones de principios políticos, sociales, ó religio¬
sa, contesten alas siguientes
proposiciones:
sos, ya que de ellos no nos hayamos ocupado, no podrá
1.a proposición verdadera
habérsenos supuesto con, la máscara que suelen adoptar
que no necesita de prueba.
Existe la necesidad forzosa de
reemplazar al Presidente ac¬
los órganos cuyo objeto determinado es influir indirec¬ tual de la
República el 20 de Abril de 1831.
tamente en el ánimo de sus lectores. Ni en las insigni¬
2.a proposición.
ficantes producciones de nuestra pluma, ni en las que
Es indispensable la intervension del
cuerpo lejislativo para
dar un succesor
lejítimo al general Castilla: ó lo que es lo mis¬
publicamos ó repetimos de otras fuentes se hallará que
presida ninguna de la clase de tendencias expresadas, mo, no puede haber Presidente legal sin Congreso.
pruebase.
porque si las hubiese, créannos nuestros lectores du¬
dosos, no irian sino acompañadas de una inmediata de¬
Según los artículos 72. 74 y 73 de la ley fundamental, el Con¬
claración.
La que

ahora {rodemos hacer y á la cual quisiéra¬
mos que se prestase la fé
conque va dictada,es que, asi co¬
mo absolutamente
apartados de la política interior de!
pais copiamos ó estradamos indistintamente las opues¬
tas manifestaciones de los partidos, así en otras seccio¬
nes de la Revista damos
lugar á los acontecimientos ó
publicaciones del extranjero que juzgamos de algún in¬
terés, bien por su novedad ó por que nos parecen dignos
de que se conozcan, dejando al sensato lector que
juzge
y califique por sí; à no ser aquellos escritos ó sucesos
que c unparados, con nuestras declara las tendencias y
opiniones ó sirviéndoles en algún modo, aceptarnos ó re¬
pudiamos desde luego y cuando podemos dedicar algún
tiempo á su detenido examen.

IIexistía de la IPrensa.
fundadora de la Casa, está to¬
La
carta que citamos en nuestro núm. 75 dirijida
en que se representan los ca¬
sos y
desde
Santiago de Cao al Rimac de esta ciudad, está
ejemplos que ofrece la naturaleza y una pequeña
colección de fetos, la gradación de esqueletos desde el concebida en los términos siguientes.
enjendro al nacimiento &a. &a. todo lo necesario, en fin
Santiago de Cao, Octubre 13 de 1830.
Señores Secretarios de la Sociedad Jeneral Conservadora del
para el acabado estudio del arte.
Cuando visitamos el
ó rd m.—(Lima.)
establecimiento solo habia dos parturientas.
Los lectores nos permitiránVpie atravesemos
Apreciados señores mios.
muy de pa¬
Tengo el honor de remitir á UU. catorce circulares de las que
so
por el hospicio de Dementes.
La contemplación del los Sres. Secretarios del Club llamado progresista de esa
capital,
horroroso estado á que está expuesta la razón del hom¬ s' han
permitido dirijir á los electores del valle de Chicama,
bre; el íntimo dolor que imprime en el alma la vista de quienes me las han presentado con especial enrargo de enviarlas
aquellos seres desgraciados en cuyas frentes, ora rían, á UU., haciendo saber la uniforme opinion que respecto de su
lloren ó se enfurezcan solo se vé el espantable descon¬ contenido les asiste.
Decididos como están los Sres. electores que me han honrado
cierto de nuestras facultades, dan materia para
ocupar con este encargo, á satisfacer la voluntad solemnemente espre¬
al entendimiento en mayores reflexiones
que las que sada de los pueblos sus comitentes, en cuanto á la elección
oportunamente admite el lijero artículo de un periódico. de la persona llamada á presidir los destinos de la República;
Baste saber que á las cincuenta infelices que allí se hos¬ no han podido dejar de estriar la avanzada propuesta que en
sustancia envuelve dicha circular. En ella se invita á los elec¬
pedan se las trata en todo éon la prolijidad que tan do- tores
á aceptar un nuevo candidato para la presidencia, sin
torosa situación requiere.
revelárseles ni el nombre de la persona á quién el Club progre¬
No cumpliríamos como ríos parece justo, si
después sista quiere elevar á ese rango, circunstancia que hace resaltar
el retrato de Mma Fessel,
do adornado con cuadros

r

de

reconocer en

en

la

inspección

la Junta de Beneficencia el mérito
que la poca confianza que acerca de! prestijio y demás títulos ne¬
y sosten de estos establecimientos tie¬ cesarios de su favorito asiste al Club; como así mismo la mez¬

greso hace la apertura, calificación y
elección del Presidente. El

escrutinio de las actas de la
Congreso es quién lo proclama, y
también quien lo elije si ninguno de los candidatos reúne la
ma¬
yoría absoluta de sufrajios de los electores de los eolejios pro¬
vinciales, luego no puede haber Presidente sin Congreso.
Proposición 3.a
Durante el tiempo de los tres meses
y ocho dias que trans¬
currirán desde el 20 de Abril
próximo hasta el 28 de Julio, de¬
signado para la instalación de la lejislatura ordinaria, no puede
el Presidente del
Consejo de Estado encargarse del mando su¬
premo, en las actuales circunstancias, sin infrinjir ia Consti¬
tución.

pruebase.

El artículo 83 de la carta dice: «Si concluido el
periodo
«constitucional "no se hubiese hecho la elección"
por algún ac«cidente, ó verificada ella, "el electo estuviere fuera de la ca-

«pital," el Presidente del Consejo de Estado se encargará del
«Poder ejecutivo, "mientras se practica la elección ó
llega el
«electo.» No se verificará el primer caso, porque la elección ha
de estar hecha en Diciembre conforme á lo
prescrito en el ar¬
tículo 68 de la ley reglamentaria que ofrece lo
siguiente. «Cua«tro meses antes de terminar el
periodo constitucional del Pre«sidente de la República, se reunirán los eolejios electorales
«de provincia, y procederán á la elección del
que debe succeder«le con arreglo á la Constitución, observándose el método
pres«crito en los artículos 12 y siguientes de esta
ley.» Tampoco
tendrá lugar el segundo, porque sea quien se fuese el Presiden¬
te elejido, ha de estar
precisamente en Lima. Luego, no veri¬
ficándose ninguno de los dos únicos y esclusivos casos en los
cuales pudiera mandar el Presidente del
Consejo . no puede ejer¬
cer el Poder
ejecutivo sin infracción de la carta.
«Han dicho los del partido esclusivista en un
rasgo con el
epígrafe «Verdades prévias», que desean ahincadamente llegue la
hora de las doce de! dia 20 de Abril para ver
bajar á S. E. el
general Castilla las escaleras de palacio, y tenerlo en cuartel,
como si la medida del
tiempo fuese astronómica, ó de momen¬
to á momento, y no de una
lejislatura á otra. Añaden también
los del bando opuesto á la saludable medida de convocar un
Congreso extraordinario, vjue costaría dinero, como si la eco¬
nomía de la hacienda fuera mas preferente á la de la
sangre pe¬
ruana que pudiera derramarse:
que si S. E. el actual presiden¬
te permanece ejerciendo el
poder una hora, ó un momento mas
del 20 de Abril, será un tirano, un
monstruo, un usurpador, &o.
¿Lo sería ménos el Presidente del Consejo si se apoderara dé
hecho de un puesto del que lo repele la ley, no verificándose
ninguno de los casos enunciados? La constitución destonoce
los interregnos: todo en ella debe ser puro,
lejítimo y de un
carácter legal. Los artículos 132 y 133 de ella, dicen-/«No
hay
«otros medios de obtener el Supremo Poder
Ejecutivo que los

quina idea que los que lo forman han concebido respecto de
contraído, dejásemos de recomendar del mismo mo¬ los
electores, creyéndolos capaces de adjurar sus opiniones,
do el desvelo del Sr. Dr. Faustos director, de la Sra. Da.
faltando á la lealtad de sus poderdantes, sin examinar siquiera
Manuela Carrera, Rectora de la casa de Maternidad, del la naturaleza de la
circular, ni apercibirse de la ofensa que en
Sr. ecónomo del hospital y departamentos D. Manuel A. ella se hace al honor y estimación de las personas cuya buena «designados en esta Constitución.—Son nulos todos los actos
«del que usurpe el poder supremo, aunque sea conforme á la
Baseti y de los demás empleados, en el desempeño de fé se trata de poner á prueba.
Es harto notable por otra parte, que en la misma circular «Constitución y á las leyes.»
sus.respectivos eargos;*pues es evidente quesin esta po¬ en
De todo esto se deduce evidentisimamente la
que se declama contra la demagojia y se habla de principios
derosa y eficaz ayuda no hubiera sido tan altamente sa¬
suprema y lú¬
que todos profesamos yen que estamos acordes, se profanen esos jente necesidad de convocar un Congreso extraordinario,
para
tisfactoria nuestra visita al hospital de Santa Ana.
principios y se trate de ejercerla mas consumada demagojia. dar sucesor al actual Presidente, quien parece que no debe en
ne

¬

Esta chocante inconsecuencia no
ciones en el Club progresista.

revela, pues, las mejores inten¬ tregar el mando sino al llamado por la ley. ¿Permitirá al re¬
Creemos por lo tanto inadmi¬ tirarse á la vida privada, que en la actual contienda encarniza¬
Parece que dos artículos últimamente publicados
sibles y extemporáneas sus pretensiones, tanto porque nuestros da de partidos, se
aniquilen los peruanos por solo no convo¬
en la Revista han dado motivo
para que varias personas votos están
consagrados ya al ilustre general D. José R. Eche¬ car al Congreso ante quien deposite la autoridad, supuesto que
crean haber descubierto cierto
género de tendencias so- nique, en quien los pueblos se han fijado con bastante acierto, la recibió del mismo Congreso extraordinario?»

—Que debia heredarla, tienes razón; y no hay ley nin¬ las armas contra
vos, y si yo fuese digo de llevarlas, mo¬
guna que te pueda quitar este derecho, y cuando el obis¬ rir en vuestra defensa, seria mi único anhelo!
po, hombre recto y justiciero, te ha privado de la herencia,
—Levántate, Ramiro, dijo la Princesa profundamente
es

te

señal....

—¡Cielos! esclamó Ramiro, pálido

y

—Sí;

que se

de terror.

madre,

es

señal de que la anciana

helado súbitamen¬
llamaba

tu

reputaba por hijo suyo.
—¡No digais eso! esclamó el paje casi con indignación.
—Ramiro, contestó la Reina con energía: yo soy ma¬
dre, y poniéndome la mano sobre el corazón te juro que
esa
mujer usurpaba un título que no tenia. ¿Qué madre
priva á su hijo de lo que le pertenece? ¿Qué madre pone
obstáculos al engrandecimiento de su
hijo? ¿Qué madre
se
complace en dejarle pobre y humillado?
—¡Oh! ¡Callad, señora, callad, por Dios; que vais in¬
fundiéndome un convencimiento que me desgarra el cora¬
zón! ¡No; quien ha estado usurpando un título en la
sociedad, no era mi madre, no era Nuña; yo, yo he sido!
Llamábame hidalgo, aspiraba á caballero; como
para re¬
cibir la orden es preciso
probar nobleza, el obispo no
quiere esponerme al sonrojo de dar á conocer que soy un
no

te

villano.

—¡Quién sabe! murmuró la Reina, clavando en él
aquellos ojos penetrantes con los cuales parecia abarcarlo
todo: ¿quién sabe? repitió
quedando profundamente pen¬

sativa.
—El paso que voy á dar, añadió
después de una larga
pausa, debe convencerte de que si has perdido una madre,
te quedo yo, que como tal te amo. Por tí
voy á humillar¬
me al obispo: por tí
voy á pedir al vasallo que se digne vi¬
sitar á su Reina y señora. Pero en cambio
sigue ciega¬
mente mis consejos: hasta saber
quién eres, no consientas
en casarte Con Munima ni en
perder tu libertad: el obispo
ha roto su promesa de armarte caballero: ¿consientes en
■serlo f jr la Reina de Castilla?

—¡Oh! esclamó el paje, cayendo á los pies de doña Ur¬
deshecho en lágrimas de agradecimiento. ¡Mi vida,
mi vida es vuestra! ¡Nadie en el mundo me hará
empuñar
raca,

conmovida. Sal de aquí,
—El paje se marchó.

sal presto.

—El cómo á tí

no te

importa,

—Pero, ¿ha venido á Santiago?
—No está lejos de Santiago.
—Y ¿cuando quereis conducirme á su
presencia?
—A eso puedo responderte puntualmente: dentro de dos
dias te bailarás en la iglesia de San Salvador en el monte

—¡Oh! esclamó doña Urraca al verle partir: ¡cuando se
perdón de Dios, y la sonrisa de unos labios tan pu¬ de los Potros. Un escudero mio se acercará montado á ca¬
ros, como los de ese joven, bien se puede desafiar al mun¬ ballo, te preguntará si quieres ver á doña Elvira de Tra¬
do entero!
va, y si le respondes afirmativamente, una hora después
Ramiro también murmuraba al salir del monasterio:
puedes hallarte á su lado.
—Si he perdido á mi madre,
—Y ¿si no me fiase de él?
tengo en cambio el cariño
de una Reina, y para que este cariño
—Si de él no te fias, respondió el conde, difícil será
pudiera satisfacer¬
que
me debia de ir
vuelvasá
hablará esaseñora en todos los dias de tu vida,
acompañado de la estimación de una mujer
tan virtuosa como Elvira.
á no ser que te
arriesgues á visitarla en el castillo de AltaApenas acabó de decir estas palabras, un caballero com¬ mira.
pletamente armado y calada la visera acercósele misterio¬
—¡Oh! ¿se casa con el Temóle?
samente y le dijo:
—Al dia siguiente.
—¿Me conoces, Ramiro?
—¡Oh! ¡yo la veré! ¡yo le dire quiénes ese monstruo:
—Pareceisme por la armadura y el talante el caballero ella ignora sin duda quiénes Ataúlfo el Terrible!
—Me parece bien que vayas á decírselo.
amigo del obispo, que estaba presente á la relación de mis
aventuras.
—Iré, no lo dudéis; pero el caso es que yo estoy com¬
—Y en prueba de ello, te la referiré de
pe á pa, si se te prometido para casarme uno de estos dias.
—Yo conseguiré del obispo que dilate tu casamiento.
antoja.
—No, no señor; es escusado*
—¿De veías?
—Es que yo, dijo el conde de Trava, pudiera contar
—Te lo juro por la cruz de mi espada.
mas de lo que allí has referido.
—Pues aunque no fuese mas que por el favor que en
eso me hacéis,
—¿Mas?
dijo el paje sencillamente, os seguiría al
—Por ejemplo, acerca de' tu afición á doña Elvira de cabo del mundoTrava.
—Sobre todo te encargo el mayor silencio.
—En efecto, señor,
—Soy naturalmente reservado.
yo la amo, ó mas bien yo la estimo
en mucho
—Lo sé, y por eso me fio de tí.
y la respeto.
—¿Y deseas verla?
—¿No me fiareis el secreto de vuestro nombre?
—Elvira te lo dirá: por ahora me basta recordarte
—¡Oh! justamente estaba pensando en ella cuando ba¬
que
beis venido: yo quisiera
que una mirada de sus ojos, uno soy amigo del obispo, y que este manifestó que yo lo seria
de sus consejos viniese á refrescar mi alma,
y á mostrar¬ tuyo.
me el rumbo
—Y el conde de Trava se
que debo seguir en las horribles confusiones
alejó diciendo:
tiene el

_

de que me veo cercado.
—Pues bien, yo puedo

—¿Cómo?

—Pasado mañana le llevaré al rico hombre todo

hacer

que

la

veas.

to

le he

prometido,
ped peligroso-.

y

habré alejado de Compostela

un

cuan¬

hués¬

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