| La linda poblana - 29 Yó lo cedo. La riqueza
que me concedió al nacer
provida naturaleza,
sacrificaré gustosa
ã su abaricia. Mas sea
libre mi albedrio, ã precio
del interéz, y la hacienda.
Seb. .... Yá conozco claramente
de la manera que piensas:
aborreces ã mi Esposa
y ã tu hermanita pequeña
por embidia. Aquel cariño
que mi pecho las profesa
es tu torcedór. Alebe,
si yó mañana muriera,
fueran las victimas tristes
de tu rencór, su inocencia,
y su virtud. Pero vivo
todavia. Ay dos sendas
que elijas; obedecerme
con putualidad completa,
õ ser de mi justas iras
el blanco: Si las despiertas,
cobraré el ser que te dí,
derramando de tus benas
la sangre que tienes mía.
Medita, y dame respuesta . . . . . . . . . . . . { Vase. | La linda poblana - 29 Yó lo cedo. La riqueza
que me concedió al nacer
provida naturaleza,
sacrificaré gustosa
ã su abaricia. Mas sea
libre mi albedrio, ã precio
del interéz, y la hacienda.
Seb. .... Yá conozco claramente
de la manera que piensas:
aborreces ã mi Esposa
y ã tu hermanita pequeña
por embidia. Aquel cariño
que mi pecho las profesa
es tu torcedór. Alebe,
si yó mañana muriera,
fueran las victimas tristes
de tu rencór, su inocencia,
y su virtud. Pero vivo
todavia. Ay dos sendas
que elijas; obedecerme
con putualidad completa,
õ ser de mi justas iras
el blanco: Si las despiertas,
cobraré el ser que te dí,
derramando de tus benas
la sangre que tienes mía.
Medita, y dame respuesta . . . . . . . . . . . . { Vase. |