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y tan dificil por la calidad de mis tro-
pas á la inmediacion de un enemigo obsti-
nado de quien me haliaba tan cerca,
que resolví tomar posesion, y sostener-
me hasta vencer, ó perder el ultímo sol-
dado, pereciendo yo mismo que me ba-
llaba casi agonizante á consecuencia de
una grave escarlatina, de que fui ata-
cado en Majes. Esta resolucion llevada
al cabo, ha bastado á hacerme vencedor,
con menos de cuatrocientos hombres, de
una columna fuerte de seiscientas plazas,
y de tropas escojidas, mandadas por los
mejores jefes de Salaverry, y por los Sa-
laverry mismo, á quien el espíritu de
partido había dada una celebridad de
que acaso no es digno.
Las circunstancias en que pongo á
U. S. Y. en el campo de batalla este
parte, no me dan lugar á hacer el de-
tall de este obstinado y sangriento comba-
te. Mientras tengo lugar de remitirlo á
U. S. Y. en el campo de batalla este
parte, no me dan lugar á hacer el de-
tall de este obstinado y sangriento comba-
te. Mientras tengo lugar de remitirlo á
U. S. Y., haciendo en él la justicia que
debo a los ilustres Jefes, y oficiales que
tan heroicamente han peleado; permita-
me U. S. Y. recordarle tan solamente,
que esta division creada, y diciplinada
en campaña, desatendida del todo, por las
circunstancias del gobierno, ha sido ven-
cedora en Ananta, ha sujetado á la Di-
vision Fernandini, que pudo apoderarse
de las provincias de Lucanas, Parinaco-
chas, Union, Condesuyos y Camaná al
terreno que sus columnas ocupaban: que
ha hecho al enemigo un inmenso núme-
ro de prisioneros: que marchó heroica-
mente sobra la columna de seiscientos
cincuenta hombres con que escoltaba la
caballada Mendiburu, á quien hizo con-
tramarchar desde las inmediaciones de
Carabelí, precisándolo á atravesar por la
costa cincuenta y tantas leguas desier-
tas; y que ultimamente ha arrancado á
Salaverry de Arequipa, y lo ha derro-
tado completamente el mismo dia que
el Ejército Unido debía haber entrado
en aquella plaza.
Al dar á U. S. Y. este parte, cu-
yo detall repito, pasaré despues; tengo
la satisfaccion de aseguarar á U. S. Y.
la consideracion y respeto con que soy
atento obsecuente S. de U. S. Y.-- Yllmo.
Señor -- A. Quiros
NOTA- Entre los prisioneros que
existen en mi poder, se halla el coro
nel Vivanco.
ANDRES SANTA-CRUZ, CAPITAN
Jeneral, Presidente de Bolivia, Gran Ma-
riscal en el Perú. Jeneral de Brigada en
Colombia, Jefe Superior del Ejército Uni-
do, investido de facultades estraordinarias
por el Gobierno de esta República. &. &. &.
CONSIDERANDO:
I. Que la impunidad de los rebel-
des ha sido una de las causas de las
revueltas frecuentes, que han agitado es-
ta República.
II. Que habiendose presentado mu-
chos de los rebeldes, no lo han hecho
asi otros, renunciado con su obstinacion
la amnistia y las garantias, con que les
han sido ánanzados generosamenta su
seguridad personal y sus empleos.
III. Que algunos de los empleados
de la Nacion y del gobierno, siendo los
primeros que por sus compromisos de-
bieran estimular con su ejemplo el pa-
triotismo, la fidelidad al gobierno y el
odio á los traidores, han fomentado las
defecciones con su egoismo criminal, ó
con una conducta equívoca para conser-
var sus destinos en todas las facciones y
partidos.
DECRETO.
Art. 1.° Toda persona, sin ecepcion
alguna, que hubiese tomado servicio con
los rebeldes en cualquier empleo ó co-
mision, ó que se hubiese complicado
con ellos de alguno de los modos, de-
tallados en los decretos de 29 de agosto
y 7 de noviembre del año proximo pa-
sado, y que no se hubiese presentado
á las autoridades lejitmamente constitui-
das, en el término señalado, será juz-
gada por un consejo militar permanen-
te que se instalará con oportunidad.
2, ° El empleado público, que hu-
biese ofrecido sus servicios á los rebel-
des, ó que á la aproximacion de ellos
hubiese dejado de emigrar sin causa jus-
ta será suspenso de su empleo por es-
te solo hecho, y no será repuesto en él
sino por absolucion del consejo militar
permanente, á cuyo juicio será sometido.
3 ° El Secretario Jeneral cuida-
rá de hacer imprimir, publicar y circular
este decreto. Dado en el Cuartel jene-
ral en Arequipa á 2 de febrero de 1836-
Andres Santa-Cruz-- El Secretario Je-
neral- Andres Maria Torrico.
EJERCITO UNIDO.
Campo de batalla en el Alto de la
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