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c.patrick at Aug 29, 2022 02:01 AM

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no se declara la nulidad de las hechas por la au¬
toridad à quien corresponde. A su efecto se ha
pasado el espediente à la comisión permanente de
de la muy honorable junta departamental.

Es muy conocida la grande devoción que el
pueblo del Cuzco tiene à la imagen de la Vir¬
gen de Belen que se venera en la parroquia de
este nombre. En todas sus calamidades há sido
su refujio, y es constante la tradición de que
siempre ha recibidoo consuelos. La escaces y a¬
trasado de las aguas en este año presagiaban al ham¬
bre, y la mayor parte de las sementeras se veían
perdidas. Se clamó por la bajada de la Virgen,
y un día antes de ella comenzó à aparecer un
nublado al que succedió una ligera tempestad a¬
compañada de algunas gotas: más en el día mis¬
mo que era conducida en procesión solemne à la
Iglesia Catedral acompañada de un numeroso gen¬
tio, cuatro cuadras antes de llegar à ella, cayó un
aguasero tan fuerte que casi hizo desaparecesr en¬
teramente el acompañamiento, y la Virgen lleva¬
da precipitadamente à la Iglesia participó en mu¬
cha parte de las aguas. Desde ese día ha llo¬
vido sin interrupción atribuyendose a favor espe¬
cial del Cielo por la intercesión de esta Señora.
A los nueve días ha sido conducida à la Iglesia
de san Francisco donde se le hacen las depreca¬
ciones ordinarias à que concurre mucha gente.
Este suceso há exitado una contienda misteriosa
y secreta enter los espíritus fuertes y las almas
piedosas, à cuyo favor está la realidad del hecho,
argumento irresistible en medio de los desvios y
flaqueza del espíritu humano

El viernes 21 de diciembre presentó el cole¬
jio de Ciencias un exâmen público de Gramática
latina con 28 alumnos en que se desmpeñaron
completamente con inteligencia, desembarazo y
exâctitud. El sábado 22 presentó el mismo co¬
lejio otro exâmen de Derecho de gentes con 5
alumnos con igual suceso y lucimiento.

COMUNICADO

CONVERSACIÓN.

Don Roso. ¡Oh! señor don Belloso donde
bueno à esta hora? Don Belloso. A casa mi
amigo dando al diablo la policía de esta ciudad:
vea U. la noche tan obscura, son más de las o¬
cho y no hay una luz en las calles. D. Roso
Pues apuradamente yo venía notando eso mismo,
porque acabó de dar un resbalón por hay arriba
en una cáscara de tuna que casi voy à dar con¬
tra el suelo. D. Belloso Cáscara de tuna! Cás¬
cara de tuno mi amigo, porque el perfume que U.
trae lo dá à conocer claramente, à menos de que
no esté U. acatarrado. D. Roso Hombre! Me
parecía que era cosa de la acequia. D. Belloso
Querrá U. decir que las acequias de las calles
son destinadas para esa diligencia—D. Roso

Vaya....pero al menos....Jesus!....que es eso?
Don Belloso Que ha de ser: que casi me rom¬
po la crisma tropesando en un adobe ò piedra ô
demonio que estaba en la misma vereda. Se ríe
U? Pues amigo no es de mejor condición lo que
U. lleva consigo que ya hace molestia su vecin¬
dad. Don Roso Vamos y de que proviene que
haya tanto descuydo en el alumbrado? Don Bel¬
loso No lo entiendo mi amigo [No apure U.
mucho que nos exponemos à llegar con una pier¬
na menos à nuestras casas] Yo he oido decir que
el señor Prefecto dá órdenes rigurosas para el
caso: el Comandante de policía es activo....
Don Roso Dependerá tal vez esto de la pobre¬
za de las gentes, según lo que se oye jeneral¬
mente. Don Belloso Pobreza! Pues vea U.
esta calle: apuradamente estamos en la puerta de
un señor Canónigo, esas casas que siguen son de
empleados y no hay un farol, y entre los dos
únicos que hay puestos, el uno está en aquella
tiendesuela que no ganará dos reales al día, y el
otro en la casa de un pobre vecino. Don Roso
Es mi amigo que a esos se les carga la romana.
Don Belloso Si. Los otros son personas de
respeto y se les tiene miedo, porque si se les dice
algo, allá van recursos, gritan à robo, à iniquidad,
à desvergüenza à odio particular &c. Esos señores
sí salen de noche à la calle, van con dos ò tres
pages, faroles de à vara, à paso de minuete pro¬
pio de su categoria, a pausa natural, y con un maes¬
tro de ceremorias por delante que les van dirijiendo
el camino y los pasos. D Roso Pero vamos al ca¬
so ¿qué han de hacer sino se cumple con lo que
mandan? Don Belloso. Amigo, hacerse obedecer,
insistir hasta que lo cumplan y fijar en el pueblo
la costumbre. Diga U. ¿qué fruto sacará U. de
un muchacho que mande à la escuelta, y que no
vaya sino un día y deje de ir ocho, aunque U. en
cada falla le tire una soba à la antigua? Pues el
pueblo es lo mismo que este muchacho: necesita
que todos los días se esté sobre él....erre que
erre....y que cuando no vaya à la escuela, lleve
en ese mismísimo día. ¿Què importa que cuando
llega un caso que llama la atención, se den òr¬
denes, se ponga en vela todo, andén los vijilantes
muchacando puertas, dando gritos por todas las
calles, y atropellando con sus caballos à todos las
calles, y atropellando con sus caballos à todos los
que cursan, me entiende U? por ellas, si pasado
este caso se relaja todo, todo se olvida, y todos
vuelven à su descanso, à su cuartel y à sus ma¬
ñas? Don Roso. Pues digo à U. que ni aun con
tal asiduidad se logrará lo que U. desea en nues¬
tro pueblo. Don Belloso. Pues si no alcansase
este medio, porque no se buscará otro? Que
amigo! la policía de una Ciudad y con dotación,
es cosa de beso à U. las manos y abur? Don
Roso. Pero que otro medio halla U. si este no
es bastante. Don Belloso. Vaya....otro día se
lo diré à U. Ahora ya estoy en la puerta de mi
casa, gracias à Dios: aguarde U. si gusta, le da¬
ré un farol para el camino que le falta à la su¬
ya. Don Roso. Mil gracias. Don Belloso. Que es
mil gracias? Quiere U. ò no quiere? Mil gra¬
cias no se sabe si es acetar ò no acetar. Don
Roso. No aceto. Don Belloso. Pues à Dios ami¬
go. Vayase U. despacio, y no olvide echar un
guante à esa cascara de tuna que tiene en el pie
antes de entrar en su casa.

Imprenta pública por P. Evaristo Gonzalez.

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no se declara la nulidad de las hechas por la au¬
toridad à quien corresponde. A su efecto se ha
pasado el espediente à la comisión permanente de
de la muy honorable junta departamental.

Es muy conocida la grande devoción que el
pueblo del Cuzco tiene à la imagen de la Vir¬
gen de Belen que se venera en la parroquia de
este nombre. En todas sus calamidades há sido
su refujio, y es constante la tradición de que
siempre ha recibidoo consuelos. La escaces y a¬
trasado de las aguas en este año presagiaban al ham¬
bre, y la mayor parte de las sementeras se veían
perdidas. Se clamó por la bajada de la Virgen,
y un día antes de ella comenzó à aparecer un
nublado al que succedió una ligera tempestad a¬
compañada de algunas gotas: más en el día mis¬
mo que era conducida en procesión solemne à la
Iglesia Catedral acompañada de un numeroso gen¬
tio, cuatro cuadras antes de llegar à ella, cayó un
aguasero tan fuerte que casi hizo desaparecesr en¬
teramente el acompañamiento, y la Virgen lleva¬
da precipitadamente à la Iglesia participó en mu¬
cha parte de las aguas. Desde ese día ha llo¬
vido sin interrupción atribuyendose a favor espe¬
cial del Cielo por la intercesión de esta Señora.
A los nueve días ha sido conducida à la Iglesia
de san Francisco donde se le hacen las depreca¬
ciones ordinarias à que concurre mucha gente.
Este suceso há exitado una contienda misteriosa
y secreta enter los espíritus fuertes y las almas
piedosas, à cuyo favor está la realidad del hecho,
argumento irresistible en medio de los desvios y
flaqueza del espíritu humano

El viernes 21 de diciembre presentó el cole¬
jio de Ciencias un exâmen público de Gramática
latina con 28 alumnos en que se desmpeñaron
completamente con inteligencia, desembarazo y
exâctitud. El sábado 22 presentó el mismo co¬
lejio otro exâmen de Derecho de gentes con 5
alumnos con igual suceso y lucimiento.

COMUNICADO

CONVERSACIÓN.

Don Roso. ¡Oh! señor don Belloso donde
bueno à esta hora? Don Belloso. A casa mi
amigo dando al diablo la policía de esta ciudad:
vea U. la noche tan obscura, son más de las o¬
cho y no hay una luz en las calles. D. Roso
Pues apuradamente yo venía notando eso mismo,
porque acabó de dar un resbalón por hay arriba
en una cáscara de tuna que casi voy à dar con¬
tra el suelo. D. Belloso Cáscara de tuna! Cás¬
cara de tuno mi amigo, porque el perfume que U.
trae lo dá à conocer claramente, à menos de que
no esté U. acatarrado. D. Roso Hombre! Me
parecía que era cosa de la acequia. D. Belloso
Querrá U. decir que las acequias de las calles
son destinadas para esa diligencia—D. Roso

Vaya....pero al menos....Jesus!....que es eso?
Don Belloso Que ha de ser: que casi me rom¬
po la crisma tropesando en un adobe ò piedra ô
demonio que estaba en la misma vereda. Se ríe
U? Pues amigo no es de mejor condición lo que
U. lleva consigo que ya hace molestia su vecin¬
dad. Don Roso Vamos y de que proviene que
haya tanto descuydo en el alumbrado? Don Bel¬
loso No lo entiendo mi amigo [No apure U.
mucho que nos exponemos à llegar con una pier¬
na menos à nuestras casas] Yo he oido decir que
el señor Prefecto dá órdenes rigurosas para el
caso: el Comandante de policía es activo....
Don Roso Dependerá tal vez esto de la pobre¬
za de las gentes, según lo que se oye jeneral¬
mente. Don Belloso Pobreza! Pues vea U.
esta calle: apuradamente estamos en la puerta de
un señor Canónigo, esas casas que siguen son de
empleados y no hay un farol, y entre los dos
únicos que hay puestos, el uno está en aquella
tiendesuela que no ganará dos reales al día, y el
otro en la casa de un pobre vecino. Don Roso
Es mi amigo que a esos se les carga la romana.
Don Belloso Si. Los otros son personas de
respeto y se les tiene miedo, porque si se les dice
algo, allá van recursos, gritan à robo, à iniquidad,
à desvergüenza à odio particular &c. Esos señores
sí salen de noche à la calle, van con dos ò tres
pages, faroles de à vara, à paso de minuete pro¬
pio de su categoria, a pausa natural, y con un maes¬
tro de ceremorias por delante que les van dirijiendo
el camino y los pasos. D Roso Pero vamos al ca¬
so ¿qué han de hacer sino se cumple con lo que
mandan? Don Belloso. Amigo, hacerse obedecer,
insistir hasta que lo cumplan y fijar en el pueblo
la costumbre. Diga U. ¿qué fruto sacará U. de
un muchacho que mande à la escuelta, y que no
vaya sino un día y deje de ir ocho, aunque U. en
cada falla le tire una soba à la antigua? Pues el
pueblo es lo mismo que este muchacho: necesita
que todos los días se esté sobre él....erre que
erre....y que cuando no vaya à la escuela, lleve
en ese mismísimo día. ¿Què importa que cuando
llega un caso que llama la atención, se den òr¬
denes, se ponga en vela todo, andén los vijilantes
muchacando puertas, dando gritos por todas las
calles, y atropellando con sus caballos à todos las
calles, y atropellando con sus caballos à todos los
que cursan, me entiende U? por ellas, si pasado
este caso se relaja todo, todo se olvida, y todos
vuelven à su descanso, à su cuartel y à sus ma¬
ñas? Don Roso. Pues digo à U. que ni aun con
tal asiduidad se logrará lo que U. desea en nues¬
tro pueblo. Don Belloso. Pues si no alcansase
este medio, porque no se buscará otro? Que
amigo! la policía de una Ciudad y con dotación,
es cosa de beso à U. las manos y abur? Don
Roso. Pero que otro medio halla U. si este no
es bastante. Don Belloso. Vaya....otro día se
lo diré à U. Ahora ya estoy en la puerta de mi
casa, gracias à Dios: aguarde U. si gusta, le da¬
ré un farol para el camino que le falta à la su¬
ya. Don Roso. Mil gracias. Don Belloso. Que es
mil gracias? Quiere U. ò no quiere? Mil gra¬
cias no se sabe si es acetar ò no acetar. Don
Roso. No aceto. Don Belloso. Pues à Dios ami¬
go. Vayase U. despacio, y no olvide echar un
guante à esa cascara de tuna que tiene en el pie
antes de entrar en su casa.

Imprenta pública por P. Evaristo Gonzalez.